Lavarse la cara y cepillarse los dientes son dos reglas higiénicas básicas que se nos enseñan cuando niños. Habiéndolos aprendido en mi casa, me lavo la cara dos veces al día. Por la tarde – para eliminar las impurezas establecidas durante el día; por la mañana – para refrescar la piel después de la noche.
Lavarse la cara todos los días es una regla básica en el cuidado de la piel.
Todas las impurezas que pueden obstruir los poros de la piel tienen una mala influencia en la condición de nuestra tez. Las espinillas, los granos y las irritaciones aparecen en un instante. Si queremos mantener nuestra cara firme, joven y libre de decoloración, lavarla todas las noches es imprescindible. En primer lugar, eliminamos el maquillaje que evita que el aire entre en la piel. En segundo lugar, un gel de lavado barre otras impurezas, p. exceso de sebo, toxinas, humos, smog, polvo, etc. Es lógico – queremos aplicar un suero nutritivo nocturno cuando nos vamos a dormir, por lo que ya no estamos expuestos a sustancias nocivas. Todos los cosméticos deben aplicarse a la piel facial limpia. De esta forma, los nutrientes pueden absorberse rápidamente y funcionar de manera más efectiva.
Pero ¿la rutina de lavado de la mañana es obligatoria?
Por costumbre, me levanto y (medio dormida) camino al baño para lavarme la cara. No daña si no utilizo jabones o geles, incluidos detergentes fuertes. Durante la noche, la piel está expuesta a poco daño. Puede sudar un poco y eso es todo. Por eso, no tenemos que limpiarla con fuerza. Después de que nos quedamos dormidos, nuestra piel comienza a reconstruir su barrera protectora natural que se compone – entre otros – de lípidos. Esa es la razón por la que podemos tener la sensación de que está grasienta después de despertar. La rutina de lavado vespertino elimina por completo el sebo, pero la cantidad adecuada de sebo es necesaria para proteger la piel de los agresores externos. Entonces, lavarse la cara por la mañana parece demasiado. En lugar de usar un gel facial, refresca tu piel con agua fría – efectivamente eliminará la sensación de piel sin brillo, te despertará y reafirmará la piel.
El círculo vicioso en el cuidado de la piel es otra cosa de la que quiero hablar.
¿Sabe que los cosméticos purificadores fuertes son dañinos para la piel? Como se mencionó anteriormente, nuestra piel está rodeada por una capa hidrolipídica que crea una barrera natural que protege la piel contra sustancias dañinas. Lavas la capa con productos fuertes. ¿Resultado? La piel produce automáticamente la cantidad duplicada de sebo para reconstruir la barrera protectora. Por eso, cuanto más lavemos la piel, más problemas tenemos con la tez grasosa. Muchos de mis amigos se pusieron la piel aceitosa y brillante debido a sus obsesiones en el lavado de la cara. Tengan cuidado, chicas. Nunca debes abusar de nada.